La cala de Cala Sisine es considerada por muchos la pequeña perla del golfo de Orosei, gracias a su apertura entre los espectaculares acantilados de Serra Ovra, que descienden abruptamente hacia el mar desde una altura de más de 500 m. Toda la cala se pierde en la maquia mediterránea, rodeada por dos paredes de roca que hacen que el lugar parezca una montaña, aumentada por el bosque de las paredes del desfiladero, con sus algarrobos y encinas centenarios.

El fondo marino está formado por arena blanca de granos grandes y piedras pulidas por el mar. Es un destino ideal para quienes deseen zambullirse en sus aguas y explorar la flora y fauna locales. La bahía se encuentra al norte de Arbatax, después de Capo Monte Santo, entre Cala Luna y Cala Biriola, y se puede llegar a ella desde el mar en embarcaciones privadas o en barcos que salen de los puertos deportivos de Cala Gonone y S. Maria Navarrese en sólo 30 minutos.

Por tierra se puede llegar con no poca dificultad siguiendo a pie una de las rutas de senderismo señalizadas. El fondo marino está formado por arena blanca de grandes granos calizos y piedras redondeadas por el mar. Sus aguas son de un turquesa iridiscente debido al juego de luces creado por el sol al reflejarse en el fondo marino. Por ello, este anclaje es un destino ideal para quienes deseen sumergirse, aunque sólo sea con máscara y tubo, en sus aguas ricas en peces.

La naturaleza de este anclaje ofrece, por tanto, un espectáculo sobrecogedor a pesar de las grandes excursiones turísticas que llegan, inmerecidamente, a la playa de una zona marina protegida. El paisaje es sin duda muy cautivador por el verdor que llega hasta el agua cristalina del mar.

La playa tiene unos 200 metros de ancho y es la desembocadura de un pequeño torrente invernal, que en sardo se llama Codula, que deriva de las montañas adyacentes de la meseta del Golgo. Afortunadamente, no es una playa muy concurrida, al menos no tanto como otras del mismo tramo de costa, y está formada por grava.

La playa ha perdido gran parte de su brillo con el paso de los años, debido también al aumento de guijarros, grandes y pequeños, por lo que es mejor utilizar calzado adecuado para pasear por el paseo marítimo. Cala Sisine tiene un bar justo antes de llegar a la playa, donde puedes comer y utilizar los aseos.

Los aficionados locales recomiendan visitar la cala en primavera u otoño, cuando el sol aún brilla lo suficiente para disfrutar del espectáculo de colores del fondo marino