Situada al suroeste de la zona de La Ciotat , la Calanque de Figuerolles es una profunda ensenada abierta al mar abierto, estrecha y de forma alargada, rodeada de altos acantilados.

Caracterizada por su litoral rocoso de color rojo intenso, que contrasta con el azul cristalino del mar y la espesa maleza mediterránea que la rodea, la bahía -gracias a su forma natural muy íntima- es extremadamente pintoresca y proporciona un buen refugio de la mayoría de los vientos que afectan a la Costa Azul.

Debido al pequeño tamaño de la bahía, no es posible tener más de dos o tres barcos amarrados al mismo tiempo.

Al entrar en la bahía, es mejor prestar atención a la roca situada en el lado derecho, conocida como“Le Lion“. Está permitido fondear en la parte del tramo de agua situado frente a la boya amarilla que señala el límite de profundidad del fondo marino de diez metros.

El fondeo durante el día es tranquilo y no presenta problemas particulares. Para permanecer fondeado por la noche, hay que aprovechar las noches de verano que ofrecen un tiempo especialmente favorable.
Siempre son posibles algunas ráfagas de viento, por lo que, dada la forma característica de la bahía, siempre es buena idea fondear en la parte central, manteniendo así la distancia adecuada respecto a las rocas circundantes.

En caso de que el poco espacio ya haya sido ocupado por otras embarcaciones, es posible intentar amarrar en una pequeña cala situada inmediatamente al este del barranco.

Desde aquí, es muy fácil llegar al puerto de La Ciotat y a la Île Vert.

La playa es pequeña, bonita y de guijarros, y se accede a ella a través de un tramo de escaleras desde tierra firme, por lo que en verano está bastante concurrida por turistas y lugareños. Un aparcamiento facilita el acceso a los que vienen de tierra. Por la noche, una vez que los bañistas se han marchado, los que amarran en esta bahía pueden disfrutar de una tranquilidad sin igual.

Los aficionados al submarinismo encontrarán aquí un lugar ideal para bucear, gracias a la riqueza y variedad que ofrecen los fondos marinos. La calanca está coronada por un pequeño restaurante de marisco.

El Calanque de Figuerolles es un rincón de paz y naturaleza virgen que conquistará a cualquier amante de la vela y la navegación.