La bahía deshabitada de Maračol (en italiano, Lungo) está situada en la parte sudoriental de la isla de Unije (Unie), al sur de la península de Istria, y es el lugar más recomendable para fondear en una rada, dada la profundidad del agua (entre cuatro y ocho metros) y el buen fondo marino.
La bahía está deshabitada, el único inconveniente es que el lugar está muy concurrido, en temporada alta probablemente encontrarás la bahía abarrotada. A pesar de las numerosas boyas (muy juntas) ya a primera hora de la tarde es posible encontrar todas las boyas ocupadas y por la noche hay una segunda fila de barcos fondeados. Pocos yates a motor y muchos veleros de distintos tamaños, el lugar es también una parada habitual de varias agencias de chárter. Precios asequibles (2014), 10 kunas por metro de barco más la tasa turística correspondiente a 5 kunas por persona.
Si quieres dar un paseo desde aquí, puedes ir andando hasta Unie, siguiendo un sendero durante unos 15 minutos. Unie es el único pueblo pequeño de la isla del mismo nombre con un minimercado, los habitantes permanentes no llegan a 100, hasta la llegada del turismo muchos han emigrado ya que la isla está situada en alta mar y separada de las demás y es por tanto una zona periférica.
El puerto del pueblo, situado en una amplia bahía, también tiene un pequeño embarcadero y se llega a él tras unas 20 millas de navegación desde Maracol, no te detengas aquí en caso de vientos de poniente o mistral.
El puerto no tiene mucho espacio para los barcos y un par de prohibiciones: tienes que dejar libre el muelle los primeros 50 metros y no puedes fondear hacia el oeste (frente a la cabeza del muelle), fondeadero con un fondo mediocre y a media milla de la entrada ten cuidado con algunas rocas aflorantes.
Para la entrada nocturna, utiliza la luz roja intermitente de tres segundos en la cabeza del muelle. En el extremo suroeste de la isla de Unije luz roja y blanca intermitente 10 segundos.
La isla de Unjie tiene una larga historia en la agricultura, sobre todo en lo que se refiere al cultivo del olivo. De hecho, a día de hoy, sigue habiendo vastos olivares dispuestos en terrazas hechas con la típica mampostería de piedra seca, que pueden verse sobre todo en la parte sur de la isla, incluida la zona cercana a Maracol. Hay más de diez mil árboles en la isla y el producto cosechado es una de las fuentes de sustento más importantes para los lugareños, junto con la pesca y el turismo.