Kilada es una gran ensenada natural situada al noreste en el golfo Argólico. Caracterizada por una forma casi de herradura, tiene la peculiaridad de contar con una pequeña isla (del mismo nombre) que marca y cierra parcialmente la entrada.
Por eso Kilada es un popular punto de parada para los navegantes que surcan el mar Egeo: ofrece un excelente refugio de prácticamente todos los vientos y, sobre todo, del mar.
Entrar en la bahía de Kilada no es difícil. Hay dos opciones: pasar por el norte, rodeando el islote, o elegir la ruta más corta pasando por el canal entre el islote y tierra firme (cuyo cabo está marcado por una luz). En este último caso, presta atención al hecho de que la profundidad no es grande, con una media de 4 metros. Con mal tiempo, la ruta más larga es absolutamente recomendable.
Dentro de la bahía caben varias alternativas. La más práctica es sin duda echar el ancla en cualquier punto de la bahía; el fondo es de muy buen agarre, barro y arena, y no presenta ningún peligro. Ten cuidado sólo en verano, por la tarde-noche pueden aparecer brisas del oeste, incluso fuertes; el consejo es que te asegures de que el ancla está bien sujeta.
También puedes optar por amarrar en el primer embarcadero, donde la profundidad oscila entre 2,5 y 5 metros (amarre lateral). Los muelles segundo y tercero los utilizan los pescadores: evítalos si quieres pasar una noche tranquila. En cambio, el muelle debe quedar libre para los barcos de carga.
En cuanto a servicios, no hay muchos: agua potable en el primer embarcadero (sin embargo, se informa de su mala calidad), combustible y agua disponibles en depósitos. Hay un astillero especializado en reparar barcos de madera, la oficina está en el primer muelle y el consejo es ir allí para cualquier necesidad. También tiene un montacargas de 70 toneladas y una grada, los precios son razonables.
El pueblo de Kilada no es gran cosa desde el punto de vista turístico; no tiene una arquitectura característica, pero ofrece servicios básicos que pueden ser útiles al navegante (pequeños supermercados, tiendas, bares, restaurantes). La bahía, en cambio, está llena de hermosas playas