El puerto de Santa Lucía, pequeño y característico, está situado en una zona muy céntrica de Nápoles.
Es un pequeño puerto formado por una dársena de forma rectangular protegida en el lado oriental por un arrecife de tres brazos.
También hay varios puentes flotantes privados gestionados por varias cooperativas de servicios náuticos. El puerto es accesible de forma continua y dispone de amarres para hasta 200 embarcaciones de 26 metros de eslora máxima y 8 metros de calado máximo.
Las instalaciones del puerto incluyen agua potable y gasolineras, aseos con duchas, conexión Wi-Fi, columnas de suministro eléctrico de 220 V y un travelift para reparaciones de embarcaciones de hasta 10 toneladas. Además, en el astillero adyacente se puede hacer uso de servicios de invernaje, reparaciones eléctricas y mecánicas y carpintería.
El fondo marino es arenoso y fangoso, y los vientos son predominantemente de siroco, libeccio y levante. Al entrar en el puerto deportivo, hay que prestar mucha atención a la delimitación de dos zonas de cierto tamaño (60.000 y 30.000 metros cuadrados) destinadas al cultivo de mejillones: en ellas está prohibido navegar, parar o realizar cualquier otra actividad.
Navegando hacia el norte, los lugares de desembarco más seguros en las proximidades son los de Baia y Pozzuoli. El gran número de regatas que se celebran cada año en Nápoles y sus alrededores la convierten sin duda en un destino atractivo para los navegantes aficionados a las regatas.
El puerto está situado en el contexto del Borgo Marinari y forma parte del islote de Megaride, conectado a tierra firme sólo por un istmo artificial.
Reinando sobre el islote y elevándose sobre el puerto de Santa Lucía se encuentra el Castel dell’Ovo, una imponente fortaleza de la época normanda. Además de la vista del Castillo, al viajero que atraca en elpuerto de Santa Lucía se le ofrece inmediatamente un panorama impresionante del Vesubio, Mergellina y las colinas de Vomero y Posillipo.
El Borgo Marinari conserva el aspecto de un pequeño pueblo de antaño y ofrece una amplia oferta de bares, restaurantes y actividades comerciales, en un contexto que adquiere aún más encanto al caer la noche. Cruzando el istmo artificial se llega al barrio de Santa Lucía, una zona de gran atractivo turístico que se extiende idealmente desde elCastillo del Ovo hasta los puertos de la famosa Plaza del Plebiscito.
Por ello, en las inmediaciones del rellano hay hoteles, discotecas, pizzerías, supermercados y tiendas, así como un buen número de líneas de autobús que permiten desplazarse por toda la ciudad.
Se llega fácilmente al corazón del centro histórico de Nápoles (a pie, en autobús o tranvía) y la ubicación extremadamente céntrica del embarcadero permite llegar también en pocos minutos al pequeño oasis verde de la Villa Comunale.
Las famosas calles comerciales (Via dei Mille, Via Chiaia) están a pocos minutos a pie y, si prolongas tu recorrido de compras unos pasos más, podrás llegar al Palazzo Reale, un bello ejemplo de arquitectura del siglo XVII. Si la temporada lo permite, puedes aprovechar los establecimientos balnearios de Via Posillipo, playas de fondo rocoso y aguas limpias donde puedes alquilar tumbonas y sombrillas.
El puerto de Santa Lucía es ideal para quienes buscan un puerto acogedor y con ambiente en el centro de la ciudad