El puerto más joven de España tiene cien años de experiencia. Ha pasado un siglo y el puerto de Motril se ha transformado, no sólo en su aspecto exterior, en lo que a infraestructuras se refiere, sino también por el importante aumento del tráfico de mercancías, el número de buques que llegan y el gran tonelaje de éstos. Muchas generaciones de motrileños han crecido y se han desarrollado con él, y su diseño ha estado en manos de una serie de gestores que han aportado sus conocimientos y experiencia al desarrollo de los puertos. Un siglo de existencia y un futuro lleno de esperanza, ilusión y expectativas. Un reto que constituirá una de las transformaciones socioeconómicas más importantes de los últimos tiempos y que, sin duda, favorecerá el desarrollo y la generación de empleo. La Autoridad Portuaria de Motril, consciente de la importancia del momento, no quiere vivir en primera persona este desarrollo. Han sido muchos los logros y no menos los contratiempos sufridos. Lo más destacable es que en cada ocasión hemos salido reforzados. Pero esto no es casualidad; es la consecuencia de contar con una comunidad que, con sabiduría, ha sabido trabajar por el reconocimiento. El interés general de los puertos pasa por el diseño de una estrategia lo más amplia posible, capaz de aglutinar a aquellas empresas de distintos puntos del país que quieran establecerse entre nosotros, respetando los estándares de calidad y seguridad medioambiental. Hoy, el puerto de Motril cuenta con unas modernas instalaciones preparadas para la intermodalidad, capaces de responder a los retos que plantea el sector. A ello se añade la posibilidad de crecimiento, gracias a la amplia zona de actividad logística, y a su ubicación estratégica en un nudo de comunicaciones terrestres y marítimas. Esta última consideración no es baladí, si tenemos en cuenta que el Puerto de Motril se encuentra dentro de la ruta que conecta el Mediterráneo con el Atlántico y, por tanto, con una serie de países que exportan e importan diferentes mercancías. Además, estamos situados en el paso de productos procedentes de Extremo Oriente que viajan a través del Canal de Suez, el Mediterráneo y el Estrecho de Gibraltar hacia Europa. Motril ocupa un lugar privilegiado en esa encrucijada porque nuestra distancia de la costa africana es de sólo 90 millas, mientras que la mayoría de las líneas marítimas que entran o salen del Mediterráneo pasan como mucho a 60 millas de nuestra costa.