Milos es la isla que “cierra” el archipiélago de las Cícladas por el suroeste. Es una isla pequeña y aún relativamente poco conocida, que también se ha visto afectada por el turismo de masas desde la década de 2000, pero que conserva intactas la mayoría de sus características. Baste decir que toda la parte occidental de la isla es difícil de visitar debido a la red de carreteras completamente sin asfaltar, y compuestas no de grava sino de grandes trozos de piedra…

Milos es unaisla volcánica y, en algunos aspectos, se parece a la enormemente más famosa Santorini. Aquí también se inundó la caldera central, formando así la bahía de Milo, la mayor de la isla y la que alberga el puerto principal, además de uno de los mayores de todo el Mediterráneo. Y al igual que Santorni, Milo también ofrece espectáculos naturales de belleza incalculable: calas que parecen fiordos, formaciones rocosas de formas extrañas, rocas de todos los colores y una riqueza mineral que se ha convertido en la cruz y el deleite de la isla a lo largo de los años.

De hecho, una parte de su superficie, la nororiental, está ahora “devastada” por las numerosas minas para la extracción de diversos minerales. Por lo demás, sin embargo, la isla ha conservado su naturaleza totalmente griega, con sus casas y arquitectura cicládicas, sus numerosos restos arqueológicos y sus castillos venecianos, recuerdos de una época de dominación ante la que invariablemente también Milos tuvo que inclinarse (al igual que la dominación otomana). La consecuencia lógica es que la visita al Museo Arqueológico de Milo, la capital, es muy recomendable. Al igual que merece la pena una visita a las catacumbas cristianas, cerca de la ciudad; y desde allí, un camino conduce al lugar donde se encontró la Venus de Milos. Así es, la estatua que tan bella muestra hace en el Louvre fue descubierta aquí en 1820 por un campesino con otras estatuas, campesino que luego la vendió a los moldavos justo cuando los franceses -informados por el propio campesino ya que uno de sus delegados se encontraba en la isla- llegaban para llevársela. Tras discusiones y reyertas, todos sabemos cómo acabó la historia.

El puerto de referencia en Milos es el que está cerca del pueblo de Adamas, en la parte noreste de la bahía de Milos.
Presta atención a la entrada de la propia bahía: hay rocas en el lado oriental, como las que hay alrededor del cabo Bombarda. El puerto de Milos (llamado así a pesar de estar situado cerca de otro pueblo) tiene unmuelle de hormigón y un embarcadero flotante adosado. El abrigo que ofrece el Puertos es muy bueno en lo que se refiere al meltemi y a los vientos del norte en general, mucho menos bueno en lo que se refiere a los vientos del sur; a esto se añaden las numerosas olas grandes generadas por los transbordadores que pasan justo por delante.

Los barcos visitantes suelen amarrar en el lado sur del muelle flotante, ya que el lado norte, la parte interior, suele estar ocupado por barcos locales. Aquí hay líneas de amarre y se amarra por la popa. También se puede optar por el muelle de hormigón, aunque no hay cabos de amarre y, por tanto, hay que conformarse con un ancla. Los yates y embarcaciones de eslora considerable pueden amarrar de costado en la zona oeste, junto a la terminal del ferry, concretamente; las profundidades varían de 4 a 6 metros y, por tanto, son suficientes.

En cuanto a los servicios, hay columnas de agua y electricidad en los puertos y se pueden utilizar pagando una módica tarifa. Los precios del aparcamiento en los puertos también son muy modestos. La oficina para navegantes que llegan a Adamas se encuentra en la terminal del ferry, donde también puedes preguntar por el repostaje, que se hace en camión cisterna. Hay instalaciones sanitarias. Por lo demás, en Adamas puedes encontrar de todo, tiendas, lavanderías, restaurantes e incluso un útil servicio de alquiler de coches y motos que te permitirá visitar fácilmente toda la isla.