Frikes se encuentra en el extremo nororiental de la isla de Ítaca y es un pequeño y popular lugar de desembarco, a pesar de ofrecer muchos “contras” y pocos “pros”, como veremos enseguida. Tiene, quizá, la única ventaja de encontrarse en una posición estratégica para quienes se acercan a la isla de Ítaca.
También es uno de los pocos pueblos del archipiélago que aún no han sido tocados por el turismo, y esto permite disfrutar aquí de un ambiente muy genuino y tranquilo, conocer un trocito de la Ítaca “tradicional”.

De hecho, huelga decir que no hay mucho que hacer en Frikes. Ni que ver. Es un lugar para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza, degustar buenos platos de pescado en una de las pintorescas tabernas costeras y saborear los bellos colores que ofrecen el mar y la costa.

Es una pena que, en lo que respecta a la tranquilidad, el ambiente idílico de Frikes se vea empañado, por un lado, por el intenso tráfico de transbordadores que tiene lugar justo delante del pueblo (lo que provoca bastantes repercusiones en la seguridad del amarre en los puertos) y, por otro, por el hecho de que en verano es el destino favorito de muchos fletadores. Por tanto, a veces existe el riesgo de no poder pasar una noche tranquila.

El problema de los transbordadores no es ni mucho menos menor: parece ser práctica habitual que, cuando van retrasados, “corten” su ruta pasando más cerca de Frikes de lo debido, lo que provoca fuertes corrientes y movimiento de las olas, cuyos efectos se ven amplificados por la forma de embudo de la bahía en cuyo fondo se encuentra el pueblo. También se han registrado numerosos accidentes: por desgracia, no es previsible y los amarres pueden volarse fácilmente, con todas las consecuencias que ello conlleva.

En cuanto a resguardarse de los vientos, Frikes tampoco destaca aquí. La bahía está completamente abierta hacia el este, por lo que hay que evitarla con vientos fuertes procedentes de este cuadrante. De los vientos dominantes (noroeste) ofrece bastante abrigo, pero siempre hay corrientes que entran en el pequeño puerto con vientos fuertes. Las brisas de la tarde que soplan desde las montañas situadas detrás de Frikes son a menudo sostenidas y pueden causar dificultades para amarrar.

Llegar a Frikes no presenta especiales problemas. Sin embargo, toda la costa hacia el norte está llena de afloramientos rocosos, por lo que siempre hay que mantener una distancia de seguridad. Una vez que entras en la bahía, se abren varias posibilidades.
La primera y más fácil, pero sólo practicable en condiciones meteorológicas favorables (sin viento), es amarrar fuera del rompeolas que se extiende desde la costa sur. Caben unas diez embarcaciones en 10-12 metros de profundidad.

En el lado interior del rompeolas hay sitio para 6-8 barcos amarrados lateralmente, la profundidad es de unos 2 metros y el abrigo es sólo regular (insuficiente con vientos de levante).

Los amarres más seguros son los que se extienden desde la base del espigón hacia el oeste, sobre el muelle: son pocos, 2 ó 3, pero son los más resguardados de todos los vientos. En el lado opuesto de la bahía, hacia el norte, hay espacio para al menos 15 barcos en unos 3 metros de profundidad, pero son los amarres más expuestos a las olas provocadas por los transbordadores. La parte central del puerto está ocupada por los barcos de los pescadores.

Precaución: evita los pantalanes flotantes del extremo noreste de los puertos, son estructuras viejas e inseguras y no se debe atracar allí bajo ningún concepto.
Si no encuentras puertos, al norte y al sur de la bahía de Frikes hay muchas calas y ensenadas con profundidades considerables donde puedes fondear. Sin embargo, existe el problema del abrigo y el paso de los transbordadores: sólo deben considerarse en condiciones meteorológicas muy favorables y hay que tener cuidado con el movimiento de las olas.

Como ya se ha dicho, Frikes no es un centro turístico y, por tanto, no ofrece prácticamente nada en cuanto a servicios. Ni agua ni combustible en el muelle (este último se puede conseguir en la gasolinera cercana), un pequeño supermercado en el pueblo, muchos cafés y tabernas y… eso es todo.