Gavdos, italianizada como Gozzo (no confundir con Gozo en Malta) es la isla más meridional de Grecia y el punto más meridional de Europay de la Unión Europea.
Sólo por esta razón ya merece la pena visitarla.
Situada a 26 millas náuticas al sur de Creta, la isla de Gavdos es una buena idea para desviarse hacia el “extremo” sur, concretamente en el mar de Libia.
Con 10 kilómetros de largo y 5 de ancho, Gavdos no tiene, obviamente, muchas atracciones turísticas que ofrecer. Afortunadamente: existe la oportunidad de disfrutar de su ambiente auténtico, de saborear su naturaleza, colores y sabores, de hacerse una idea de cómo era la vida en la isla.
En Gavdos viven unos cien habitantes, pero en invierno no hay más de unos cincuenta. La cosa cambia en verano, cuando los turistas hacen que la población supere con creces los 3.000 habitantes. No obstante, no tendrás problemas para moverte por la isla. La única cafetería abierta todo el año está en Karave, que, afortunadamente, alberga también el único puerto de la isla, un puerto de transbordadores (con un servicio diario desde Creta en verano) que, sin embargo, ofrece algo de espacio utilizable para los navegantes.
El puerto está situado en el extremo noreste de la pequeña isla y es una estructura muy “básica”: un espigón en el rompeolas, un trozo de banco de muelle. Sin embargo, en la parte interior del rompeolas hay espacio para amarrar lateralmente, la profundidad es buena, de unos 4 metros en toda su longitud. En la orilla banqueada la profundidad es considerablemente menor y además siempre están las barcas de los pescadores locales.
El abrigo del pequeño puerto es bueno frente a todos los vientos excepto los del este; en verano, también domina aquí el Meltemi del noreste. Llegar a la isla de Gavdos y entrar en los puertos no presenta especiales dificultades.
En cuanto a los servicios, hay agua y electricidad en el muelle y también hay pequeños aseos. También hay muchos perros y gatos callejeros, que, sin embargo, no plantean ningún problema de seguridad. No hay posibilidad de repostar. Un pequeño supermercado completa la oferta básica del puerto de Karave.