El puerto de Anzio se encuentra en la ciudad del mismo nombre, a las afueras de Roma, donde Cicerón se alojó a su regreso del exilio para reorganizar los restos de sus bibliotecas en un lugar seguro.

El puerto está a sólo tres kilómetros del puerto de Neptuno, junto al que en época romana estaba todo el puerto de la ciudad de Antium.

El creciente poder de la antigua Roma está, de hecho, estrechamente ligado a la historia de este puerto, que con el tiempo se convirtió en un medio para abastecerla adecuadamente: las necesidades comerciales ligadas al desarrollo de un imperio que se extendía por todo el Mediterráneo, con el consiguiente aumento del comercio, desafiaban cada vez más la capacidad de reacción de la capital del imperio, punto de referencia de las grandes comunicaciones.

La dinastía Julio-Claudia inició las grandiosas obras portuarias del puerto de Ostia y una serie de trabajos para dotar al litoral romano de un trazado funcional. Así nacieron las infraestructuras necesarias para la multiplicación del tráfico que también servirían, a la larga, para la defensa de la playa romana. Sin embargo, fue el emperador Nerón quien ideó la creación del grandioso puerto de Anzio, en el que gastó una fortuna, como confirman unánimemente todos los estudiosos.

El puerto anzantino formaba parte de un sistema más complejo de obras portuarias construidas para garantizar el tráfico comercial y, sobre todo, la afluencia de grano, esencial para la estabilidad del gobierno de Roma. No se puede descartar que el puerto neronio, con el tiempo, fuera utilizado por la flota imperial, ya que entre los patronos de la ciudad figuraba Aquilio, almirante de la misma flota. Este rápido excursus histórico demuestra claramente que el puerto de Antium tenía una función considerable, situándose entre los puertos de escala más importantes del mar Tirreno.

En la actualidad, el puerto de Anzio consta de un muelle de tres tramos y un muelle rompeolas y ofrece un total de 400 amarres para veleros y yates, 10 de ellos libres y 10 de tránsito, de hasta 50 metros de eslora.

Todos los amarres disponen de conexiones de agua y electricidad, servicios a los que hay que añadir el travelift, las rampas y diversos servicios técnicos de la dársena. Todos estos servicios en la dársena están gestionados por Capo d’Anzio SpA, sociedad constituida en 2010 con el objetivo de promover y gestionar el puerto de la localidad del mismo nombre, así como realizar las infraestructuras y obras funcionales al servicio.

Debido a la proximidad de la ciudad, los navegantes también pueden aprovechar servicios adicionales como bares, restaurantes, tiendas y lavandería.

El puerto de Anzio está claramente renovado, pero conserva todo el sabor de una ciudad portuaria que nada tiene que ver con los puertos modernos o los centros comerciales. Son característicos los restaurantes del puerto y de las calles laterales, donde se pueden degustar las delicias locales. Los navegantes encontrarán muchas oportunidades en esta zona, como las famosas playas para turistas y romanos que bajan el fin de semana, el servicio de ferry a Ponza y las muchas actividades que se organizan durante el periodo estival, cuando el puerto de Anzio se llena de gente y hay mucha actividad.